REIMPLANTE INTENCIONAL




El reimplante intencional es definido como la remoción intencional del diente y su reinserción dentro del alvéolo después de la manipulación endodóntica. Este procedimiento es recomendado en situaciones donde el tratamiento convencional es difícil o imposible de realizar y en donde el abordaje quirúrgico es necesario. Es decir la exodoncia intencional de un diente y su reinserción en el alvéolo, previa apicectomía o apicectomía con obturación retrógrada. Este tratamiento se debe considerar como el último recurso para mantener un diente en boca. (1)

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El reimplante intencional es una técnica realizada desde hace 10 siglos y fue utilizada inicialmente en odontalgias. El primero en referenciar esta técnica fue Abulcais en el siglo V D.C., luego fue recomendada por Pare en 1561, por Pierre Fauchard en 1712 y en Rusia por Philipp Pfaff, quien la combinaba con la resección del ápice radicular y posterior obturación con cera, en casos de dientes muy largos. En 1966 el Dr. Louis L. Grossman define reimplantación como "la remoción intencional de un diente y su casi inmediata reimplantación, con el objeto de obturar los conductos desde apical mientras el diente está fuera de su alvéolo". Éste no es un procedimiento nuevo, se está realizando desde 1950 y existe evidencia de reportes por Grossman de una tasa de éxito del 80% desde 2 a 11 años después de la reimplantación (2, 3).
Las técnicas modernas de reimplantación están basadas en los conceptos biológicos de la importancia del mantenimiento de la viabilidad del ligamento periodontal. La duración del procedimiento es limitado a la extensión del tiempo en que las células permanecen viables ex situ. Los análisis histológicos de las técnicas recientes de reimplantación en animales muestran sólo pequeñas áreas de microanquilosis (4).
Antes de realizar un reimplante intencional se deben tener en cuenta los signos y síntomas del paciente, anatomía del diente, la condición general de la dentición, la oclusión y la función masticatoria. Los dientes después del reimplante deben ser restaurados a una buena función oclusal, ya que la oclusión traumática puede ocasionar el fracaso del tratamiento. Además se debe analizar para tener un mejor pronóstico, el estado periodontal, las posibilidades de restaurar el diente, el hueso (5).
En dientes geminados en su intención de separarse forman canales de comunicación entre la cavidad oral y el periodonto originando lesiones endoperiodontales, los problemas pulpares y periodontales son causantes de más de 50 % de la mortalidad dentaria y a menudo difíciles de diagnosticar, pues las sustancias tóxicas de la pulpa pueden iniciar los defectos periodontales y viceversa, a través del periápice, túbulos dentinarios, conductos laterales o accesorios y otras alteraciones dentarias. El pronóstico dependerá de diversos factores, tales como la causa primaria y la respuesta del huésped, de modo que el tratamiento es de suma importancia y gran interés, cuyo orden estará determinado por el origen primario (6, 7).
Las lesiones endoperiodontales constituyen un grupo de lesiones de naturaleza inflamatoria que comprometen simultáneamente a las estructuras del periodonto de inserción y a la pulpa dentaria. Para el diagnóstico se evalúan las dos áreas por separado y luego en conjunto, a través de signos y síntomas como el dolor por el compromiso pulpar, estudio radiográfico para ver el grado de avance y la existencia de conductos laterales, examen de vitalidad pulpar, sondaje periodontal y evaluación clínica (8).
Las lesiones endoperiodontales se clasifican en:
- Tipo I: Lesión endodóntica pura en donde hay un drenaje a través del foramen, conductos accesorios, etc. empezando a comprometer la zona. Si esta contaminación continúa puede haber acumulación de depósitos o placa bacteriana, comprometiendo el ligamento periodontal. El tratamiento es endodóntico puro.
- Tipo II: Lesión de origen endodóntico con compromiso periodontal secundario. El tratamiento es pulpar y periodontal.
- Tipo III: Lesión periodontal pura, en donde el grado de avance no ha llegado a comprometer la pulpa. El tratamiento es periodontal puro.
- Tipo IV: Lesión periodontal primaria con compromiso pulpar secundario. El tratamiento es pulpar y periodontal.
- Tipo V: Lesión pulpo-periodontal verdadera o lesión combinada. Son 2 lesiones que partieron separadamente pero por su avance se unieron. El tratamiento es pulpar y periodontal.
En la lesión endoperiodontal propiamente la pulpa comprometida debe estar desvitalizada o con síntomas de lesión pulpar, debe haber pérdida de inserción periodontal desde el margen gingival hasta el ápice o conducto lateral comprometido, tanto la terapia periodontal como la endodóntica son necesarias con el fin de resolver la lesión (8).


Referencia: http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0213-12852012000500003



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